Un tribunal alemán ha dictaminado que Google abusó de su posición dominante en el mercado de comparadores de precios y deberá pagar 572 millones de euros a dos plataformas locales, según adelantó Reuters. La mayor parte irá a Idealo (465 millones), mientras que Producto recibirá 107 millones. Estos dos comparadores fueron, según la sentencia, los más perjudicados por las acciones de Google.
La decisión se apoya en el fallo del TJUE de 2024, que concluyó que Google dio trato preferente a Google Shopping en los resultados de búsqueda, en detrimento de rivales. Aquella sentencia ya había implicado una multa de 2.700 millones de dólares por prácticas contrarias a la competencia. Tras ella, Idealo reclamó 3.300 millones en daños alegando pérdida de visibilidad y un empujón artificial a la herramienta de Google.
Reacciones: satisfacción, advertencias y una apelación inmediata
Idealo celebró la sentencia, aunque dejó claro que seguirá adelante para intentar recuperar la totalidad del importe reclamado. Su CEO, Albrecht von Sonntag, advirtió que el “autofavorecimiento” no puede convertirse “en un modelo de negocio rentable pese a multas y pagos de daños”.
Google, por su parte, apelará. En un comunicado, la compañía defendió que los cambios introducidos en 2017 en su servicio de comparación “están funcionando bien, sin intervención de la Comisión Europea”. Como ejemplo, señaló que los comparadores que participan en la subasta de su Shopping Unit han pasado de siete a 1.550.
Según Google, todos los servicios (incluido el suyo), compiten en igualdad de condiciones en las subastas y su unidad de compras “opera como si fuera un negocio independiente”.
Un golpe más en un momento delicado para Google en Europa
El fallo llega en plena acumulación de sanciones. Hace solo unas semanas, Bruselas impuso a Google otra multa de 2.950 millones de euros por presuntamente favorecer sus propios servicios publicitarios. Además, la UE investiga cómo afectan sus políticas anti-spam a la visibilidad de los editores en el buscador. Por su parte, la justicia alemana también ha dictado sentencia contra OpenAI esta misma semana.
Con esta sentencia, Alemania se suma a la presión regulatoria sobre el gigante tecnológico. La batalla sobre si Google utiliza su posición para reforzar sus propios productos está lejos de cerrarse.
