Este lunes por la mañana, varios sitios web y aplicaciones empezaron a fallar al mismo tiempo. Algunas páginas no cargaban, los pagos con tarjeta no pasaban y las apps de los bancos dejaron de funcionar. En pocos minutos, el problema se extendió y millones de personas se quedaron sin poder hacer compras, enviar dinero y sin entrar en sus redes sociales.
El problema vino de los servidores de Amazon (AWS), que debido a un fallo, causaron un gran apagón digital a nivel mundial. Esto se debe a que gran parte de internet depende de ellos. Durante varias horas, muchos de los servicios que usamos todos los días se quedaron congelados. Lo sucedido dejó claro lo dependientes que somos de la tecnología para casi todo: trabajar, comprar o simplemente comunicarnos.
Un problema en Estados Unidos que se vivió en todo el mundo
Todo comenzó en Virginia del Norte, donde Amazon tiene uno de sus centros de datos más grandes. Según la compañía, el fallo tuvo que ver con un problema en su sistema de bases de datos y en el servicio DNS, que básicamente es lo que permite que las aplicaciones y webs sepan a dónde “conectarse”. Cuando este sistema paró, millones de servicios quedaron literalmente sin saber a dónde dirigirse.
En cuestión de minutos, la caída se hizo efectiva y afectó a plataformas tan populares como Snapchat, Zoom, Reddit, Fortnite y hasta el asistente Alexa. Incluso la propia página de Amazon y su servicio Prime Video tuvieron interrupciones.
Bancos y pagos, entre los más afectados
Lo más preocupante fue que muchos servicios que resultan esenciales, como los bancos y sistemas de pago, también se vieron afectados. En España, muchos fueron los que al intentar entrar en las aplicaciones de bancos como BBVA, Santander o CaixaBank se encontraron con que no cargaban. Tampoco se podía pagar con tarjeta Visa o las plataformas Bizum y PayPal. De hecho, algunos comercios se quedaron sin poder cobrar durante horas, y en los aeropuertos gestionados por Aena hubo colas por no poder pagar el aparcamiento con tarjeta.
En otros países, los problemas llegaron incluso a repercutir en el transporte y en medios de comunicación. Aplicaciones como Lyft dejaron de funcionar y las webs de periódicos tan conocidos como The New York Times o The Wall Street Journal estuvieron caídas durante un rato. Sin ir más lejos, la página Downdetector, que recoge los avisos de los usuarios cuando algo no va bien, registró más de seis millones de reportes en solo unas horas.
Una advertencia sobre nuestra dependencia digital
Aunque Amazon logró que casi todo volviera a funcionar tras varias horas, muchos usuarios siguieron teniendo problemas. Algunas aplicaciones iban más lentas de lo normal y otras tardaron en recuperarse del todo. La compañía dijo que todavía están revisando qué causó el fallo para poder evitar que algo así se repita.
Este hecho dejó claro lo mucho que dependemos de unas pocas empresas para que internet funcione. Cuando una de ellas tiene un problema, millones de personas en todo el mundo se ven afectadas. Lo ocurrido con Amazon nos recuerda que, detrás de cada mensaje, compra o pago que hacemos en línea, hay una red que puede fallar en cualquier momento.

