Apple, condenada a pagar 634 millones por usar sin permiso tecnología médica de Masimo en el Apple Watch

Un jurado federal en California ordenó a Apple pagar 634 millones de dólares a Masimo, una firma centrada en tecnología médica. El panel concluyó que varias funciones del Apple Watch vulneraron una patente sobre medición de oxígeno en sangre. El caso, seguido con lupa por la industria, vuelve a tensar la frontera entre relojes inteligentes y herramientas clínicas, un límite que cada vez es menos nítido.

El jurado consideró que elementos como el modo de entrenamiento y las alertas de ritmo cardíaco sí infringieron la patente de Masimo. La compañía celebró que la decisión refuerza su defensa de la propiedad intelectual. Apple, por su parte, trasladó que el fallo no encaja con los hechos y que recurrirá la sentencia.

La pulsioximetría, en el centro de la tormenta

La disputa se articula alrededor de la pulsioximetría, una técnica basada en sensores ópticos capaces de medir la saturación de oxígeno. Masimo acusa a Apple de utilizar parte de sus avances sin permiso y de apoyarse en talento procedente de la empresa, incluido su exdirector médico. Un ejemplo de la tensión es el uso de algoritmos capaces de interpretar cambios sutiles en la luz al atravesar la piel.

El conflicto subió de nivel en 2023, cuando la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos falló a favor de Masimo y bloqueó la importación de Apple Watch con medición nativa de oxígeno. Ese veto explica que los modelos más recientes del reloj hayan eliminado esa función.

El parche técnico de Apple y un nuevo frente jurídico

En agosto, Apple presentó una solución temporal: trasladar el cálculo de la saturación de oxígeno al iPhone vinculado y no al reloj. La idea pretende encajar en el marco regulatorio sin alterar la experiencia del usuario. Masimo reaccionó de inmediato y acudió a Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para cuestionar la entrada en el país de los relojes con esta variante técnica.

En paralelo, Apple pidió a un tribunal de apelaciones que anule el bloqueo impuesto por el regulador. La compañía sostiene que el veto limita la competencia en un mercado donde el diseño y las funciones avanzan rápido.

Demandas en ambas direcciones y un cierre todavía lejano

La batalla legal se mueve en dos sentidos. Apple demandó a Masimo por supuesta infracción de patentes de diseño y un jurado le dio la razón, aunque con una compensación simbólica de 250 dólares, la mínima por ley. El gesto ilustra que las dos compañías exploran cualquier vía para ganar margen.

Aunque la sentencia de 634 millones marca un punto de inflexión, el desenlace sigue abierto. Lo que está en juego es quién marcará las reglas de la salud digital: un territorio donde la electrónica de consumo y la tecnología médica convergen y donde el control de las patentes definirá las próximas generaciones de dispositivos.

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