El Ayuntamiento de Nueva York ha presentado una demanda federal contra Meta, Alphabet, Snap y ByteDance, a las que acusa de contribuir a la crisis de salud mental entre los jóvenes mediante diseños adictivos y prácticas empresariales negligentes.
La denuncia, de 327 páginas, fue presentada ante un tribunal federal de Manhattan y se considera una de las acciones legales más amplias emprendidas por una administración local contra las redes sociales.
La ciudad exige compensaciones y reformas estructurales
Nueva York reclama indemnizaciones por los costes públicos derivados del aumento de la ansiedad, la depresión y los trastornos de conducta entre menores, que el consistorio vincula al uso compulsivo de las plataformas.
Pero el objetivo va más allá del dinero. La ciudad pide que las empresas modifiquen el funcionamiento de sus servicios para reducir el impacto sobre los usuarios jóvenes. Entre las medidas planteadas figuran:
- Limitar los algoritmos de recomendación.
- Restringir el desplazamiento infinito (“scroll”).
- Revisar los sistemas de notificación que buscan mantener la atención constante.
El caso se presenta bajo la figura jurídica de “molestia pública”, normalmente reservada a actividades que afectan a la salud colectiva, como la contaminación o el ruido. Con ello, el Ayuntamiento sostiene que las redes sociales deben tratarse como un riesgo para la salud pública.
“Diseños adictivos comparables a la industria del juego”
La demanda acusa a las tecnológicas de haber diseñado mecánicas de uso adictivas, inspiradas en estrategias del sector del juego, como las recompensas variables (los “likes” o las notificaciones aleatorias).
Estos sistemas, señala el texto, “crean bucles de retroalimentación que fomentan la dependencia emocional y conductual”, especialmente entre adolescentes.
Los datos del informe son contundentes: el 77,3 % de los estudiantes de secundaria y el 82,1 % de las alumnas pasan más de tres horas diarias frente a una pantalla, una exposición que se asocia a falta de sueño, ansiedad y bajo rendimiento escolar.
Consecuencias visibles en la vida diaria
El Ayuntamiento denuncia efectos concretos sobre los servicios públicos: más ausencias escolares, hospitales saturados por casos de salud mental y un aumento en la demanda de atención psicológica.
El documento incluso menciona el auge del “subway surfing” —jóvenes que viajan sobre los vagones del metro para grabarse— como ejemplo extremo de la influencia viral. Desde 2023, al menos 16 adolescentes han muerto en la ciudad al intentar este tipo de retos.
Las tecnológicas se defienden
Las empresas implicadas niegan las acusaciones. Desde Google argumentan que YouTube “no es una red social”, mientras que Meta y TikTok aún no han respondido de forma oficial.
Juristas consultados advierten, sin embargo, que el principal reto será probar la relación causal directa entre el diseño de las plataformas y los efectos psicológicos. Sin esa evidencia, la demanda podría tener un valor más simbólico que legal.
Un nuevo frente en la regulación digital
Más allá del resultado judicial, la iniciativa de Nueva York abre un nuevo capítulo en el debate sobre la responsabilidad de las redes sociales. La ciudad busca impulsar una regulación que exija mayor transparencia algorítmica, límites de edad más claros y entornos digitales más seguros para los menores.
“No queremos prohibir las redes sociales, pero sí exigir que respondan por los daños que provocan en la salud mental de toda una generación”, declaró un portavoz municipal.
