El consejero delegado de OpenAI, Sam Altman, ha instado al Gobierno de Estados Unidos a ampliar los incentivos fiscales de la Ley Chips para incluir la producción nacional de servidores y centros de datos dedicados a inteligencia artificial.
En su comunicado, Altman defendió que la “reindustrialización de EE. UU. en toda la cadena —desde las fábricas de chips hasta el acero o los transformadores— beneficiará a toda la industria tecnológica”, no solo a los fabricantes de semiconductores.
Su declaración sigue a una carta enviada el 27 de octubre por Chris Lehane, director de Asuntos Globales de OpenAI, a Michael Kratsios, responsable de la Oficina de Ciencia y Tecnología de la Casa Blanca. En ella, la compañía solicita extender el crédito fiscal de inversión en manufactura avanzada (AMIC), actualmente limitado a semiconductores, para cubrir también servidores de IA, centros de datos y componentes eléctricos críticos.
Altman matizó que esta propuesta no busca un rescate ni garantías de préstamo federales, una referencia a las conversaciones mantenidas entre OpenAI y el Gobierno sobre posibles avales para futuras plantas de chips. “Esto no tiene nada que ver con financiar centros de datos o pedir dinero público”, subrayó el ejecutivo.
El interés de OpenAI se enmarca en un contexto de expansión masiva del sector IA. A comienzos de semana, Altman reveló que la empresa planea invertir 1,4 billones de dólares en recursos computacionales en los próximos ocho años, una cifra que refleja la escala del desafío energético y logístico de la inteligencia artificial generativa.
Mientras tanto, la Casa Blanca mantiene una postura cautelosa. David Sacks, asesor en políticas de IA y criptomonedas, ha reiterado que “no habrá rescates federales para compañías de inteligencia artificial”, insistiendo en que cualquier apoyo financiero deberá canalizarse a través de mecanismos de mercado y no mediante subsidios directos.
La petición de Altman abre un nuevo debate en Washington: ¿debe el Estado incentivar la infraestructura que sustenta el auge de la IA, o dejar que el mercado asuma los costes de su propio crecimiento?
