Meta compra 1 GW de energía solar en una semana para alimentar su carrera en inteligencia artificial

La compañía supera los 3 GW contratados en 2025 y acelera su búsqueda de energía limpia para sostener el consumo de sus centros de datos.

Meta ha firmado tres nuevos contratos de suministro solar que suman casi un gigavatio (1 GW) de potencia, uno de los mayores movimientos de una gran tecnológica en el sector renovable en los últimos años. Con estas operaciones, la empresa dirigida por Mark Zuckerberg supera los 3 GW de energía solar contratada en 2025, impulsada por la necesidad de alimentar el enorme gasto energético derivado de la expansión de la inteligencia artificial.

El primero de los acuerdos, anunciado el lunes, contempla la compra de 600 megavatios procedentes de una planta solar de gran escala cerca de Lubbock (Texas), que entrará en funcionamiento en 2027. Aunque no abastecerá directamente a los centros de datos de Meta, la energía se volcará a la red eléctrica local para compensar parte de la demanda generada por sus instalaciones.

A este contrato se suman dos proyectos adicionales en Luisiana, presentados el jueves, que añadirán otros 385 megavatios mediante la compra de atributos ambientales de energía renovable (EACs). Ambos entrarán en operación dentro de dos años, elevando aún más el peso del portafolio solar de Meta.

La energía solar, el motor de las big tech

Con estos acuerdos, Meta consolida su posición como uno de los mayores compradores corporativos de energía solar del mundo. Este tipo de fuente renovable se ha convertido en la favorita del sector tecnológico: es más barata, más predecible y más rápida de desplegar que la eólica o la nuclear.

En un momento en que los centros de datos consumen ya más energía que países enteros como Bélgica o Chile, el acceso estable a electricidad limpia se ha convertido en una ventaja competitiva. Cada nuevo modelo de IA, cada consulta a ChatGPT o búsqueda en Meta AI, implica un incremento en la demanda eléctrica global.

Pero el modo en que las compañías compensan ese consumo —a menudo mediante la compra de certificados ambientales— está bajo lupa.

El debate sobre los certificados verdes

Los EACs o RECs (Renewable Energy Certificates), utilizados en los proyectos de Luisiana, fueron creados hace más de una década para impulsar las energías limpias cuando su coste era mucho mayor. En la práctica, permiten a las empresas comprar electricidad convencional y equilibrar su impacto adquiriendo créditos que representan energía renovable generada en otro lugar.

Hoy, con los precios solares y eólicos en mínimos, varios analistas cuestionan su eficacia y afirman que pueden incluso distorsionar la huella real de las compañías, que sigue aumentando con el crecimiento del uso de IA y cloud computing.

La alternativa, podría ser invertir en proyectos que añadan capacidad renovable real —por ejemplo, construir nuevas plantas solares o firmar contratos PPA de largo plazo— en lugar de recurrir a compensaciones simbólicas.

Una carrera energética entre gigantes

El movimiento de Meta llega en plena competencia por asegurar energía limpia entre las grandes tecnológicas. Google, Amazon y Microsoft también han cerrado acuerdos masivos de compra renovable este año, presionadas por la expansión de sus redes de datos y el incremento de costes eléctricos.

En el caso de Meta, la compañía ha duplicado su consumo energético desde 2020. Con la apuesta por la inteligencia artificial generativa, esa cifra seguirá creciendo. La pregunta es si la velocidad de las inversiones en renovables podrá mantener el ritmo del apetito energético de la IA.

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