La nueva Starship V3 explota en su primera noche de pruebas y SpaceX enfrenta otro tropiezo en plena carrera lunar

SpaceX

La versión mejorada del cohete Starship de SpaceX, presentada el jueves en Starbase (Texas), sufrió un contratiempo apenas unas horas después. A las 4:00 a. m. del viernes, una explosión sacudió la base de pruebas mientras los equipos realizaban ensayos en la estructura del propulsor.

Las cámaras que vigilan la zona junto con los aficionados que siguen cada movimiento desde las inmediaciones, registraron el incidente en directo. Las imágenes muestran una detonación contenida, sin la típica bola de fuego de fallos pasados, pero con daños visibles en la parte inferior del propulsor. El resto de la estructura quedó prácticamente intacto.

Según Ars Technica, el vehículo aún no tenía instalados los motores, lo que indica que el fallo ocurrió en una fase muy temprana del proceso. SpaceX confirmó después en X que la explosión se produjo durante una prueba de presión del sistema de gas. El área ya estaba despejada, así que no hubo heridos. Ahora toca analizar qué falló exactamente.

El primer propulsor de la Starship V3

El vehículo dañado es el primer elemento de gran tamaño de la Starship V3, la evolución del sistema de lanzamiento pesado con el que SpaceX quiere ejecutar sus próximos hitos. La V3 será más grande, más potente y más fiable, y está pensada para permitir capacidades clave como el acoplamiento en órbita.

Este avance es esencial para las misiones hacia la Luna y, más adelante, Marte. Tras completar en octubre el vuelo del diseño final de la V2, SpaceX entraba con la V3 en el siguiente paso de su hoja de ruta.

Riesgo de retrasos en un calendario ya tenso

Aún no está claro cómo afectará el incidente al programa. Pero cualquier retraso pesa. SpaceX considera 2026 un año crítico para Starship: debe demostrar la transferencia de combustible en órbita, un requisito indispensable que la NASA exige antes de autorizar misiones tripuladas a la superficie lunar (previstas para 2028).

En repetidas ocasiones, la NASA ha expresado su preocupación por el ritmo de desarrollo. El administrador interino, Sean Duffy, ha insinuado que, si SpaceX no acelera, Blue Origin podría asumir un papel más relevante en los contratos lunares.

Blue Origin acelera mientras SpaceX lidia con el revés

La explosión llega en un momento delicado. La semana pasada, Blue Origin lanzó su New Glenn por segunda vez, entregó su primera carga comercial para la NASA y completó el primer aterrizaje del propulsor. Y este jueves presentó un diseño aún más grande del cohete, pensado para competir directamente con Starship.

Con este contexto, el fallo en Starbase no es solo un tropiezo técnico: añade presión en una carrera donde cada avance (o cada explosión) puede inclinar la balanza. Las próximas semanas dirán si SpaceX se recupera rápido o si este incidente complica su calendario lunar.

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