Un tribunal de Múnich ha dictado sentencia contra OpenAI. La demanda fue puesta por GEMA, como se conoce en Alemania a la sociedad de gestión de derechos de autor. Los portavoces de esta organización, que representa a miles de compositores y músicos en el país, aseguran que algunas letras aparecían en las respuestas del chatbot, lo que demuestra que fueron usadas en su entrenamiento. Su petición se basaba en que se protegiera el trabajo de los artistas.
El tribunal les dio la razón. La resolución de la demanda indica que la empresa de inteligencia artificial violó los derechos de autor de varias canciones. Según los jueces, la compañía usó letras de artistas alemanes sin pedir permiso para entrenar a su inteligencia artificial. El tribunal considera que aunque la copia no sea exacta, el simple hecho de usar el contenido de una obra (aunque sea para el entrenamiento) puede considerarse una reproducción como tal.
Los músicos celebran y OpenAI se defiende
Como era de esperar, GEMA y los artistas alemanes celebran el resultado. Creen que ayuda a dejar claro que las creaciones no pueden usarse libremente solo porque están en internet. También esperan que la decisión sirva para recordar que las herramientas de inteligencia artificial deben respetar el trabajo de quienes crean música, libros o imágenes.
Por su parte, desde OpenAI no están de acuerdo con el fallo y se espera que puedan recurrir. La empresa asegura que su tecnología no guarda textos exactos, sino que aprende de muchos datos a la vez. Aun así, esta explicación no parece ser suficiente para el tribunal alemán, que considera que la compañía es la responsable de cómo su sistema usa ese contenido.
Una decisión que puede cambiar las reglas del juego
Estamos ante un caso pionero en Europa que podría abrir el camino para otros juicios parecidos en otros países. En la Unión Europea, de hecho, se está preparando una nueva ley, llamada AI Act, que busca controlar mejor este tipo de situaciones. El fallo en Alemania podría ayudar a que esa ley se acelere y a que las empresas sean más cuidadosas al usar material con derechos de autor.
La decisión del tribunal alemán de momento ha dejado un mensaje claro: la tecnología no puede usar lo que otros crean sin permiso. Pero sin duda, ha abierto un debate que va mucho más allá de esta demanda. La pregunta que ha surgido a partir de la lucha de los creadores por proteger su patrimonio intelectual frente a la IA es: ¿cómo se puede aprovechar la inteligencia artificial sin dañar el trabajo de los artistas?

