Getty Images se enfrenta a Stability AI y descubre que la ley no está preparada para la IA generativa

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El reciente fallo del Tribunal Superior de Londres en el caso entre Getty Images y Stability AI se ha convertido en una referencia inevitable en el debate sobre los derechos de autor en la inteligencia artificial generativa. Getty logró que se reconociera una infracción limitada de su marca registrada, pero la mayor parte de sus reclamaciones de copyright quedaron fuera. El resultado pone de relieve un escenario legal aún por definir, donde el uso de obras creativas para entrenar modelos de IA se mueve en zonas grises.

Un enfrentamiento que expone un problema estructural

Getty acusaba a Stability AI de entrenar Stable Diffusion con millones de imágenes de su catálogo, sin permiso. Sostenía que ese proceso equivalía a una copia no autorizada. Stability AI defendió que el entrenamiento se realizó fuera de la jurisdicción británica, en infraestructuras de Amazon, lo que ya dificultaba el encaje jurídico. Durante el juicio, Getty retiró la acusación central sobre la infracción directa en el entrenamiento, dejando el caso reducido a la posible infracción secundaria y a la aparición de su marca en imágenes generadas.

Lo que dijo el tribunal

La jueza Joanna Smith concluyó que Stable Diffusion no almacena ni reproduce obras protegidas de forma directa. Por tanto, no podía sostenerse que hubiera infracción de copyright tal como se había planteado. Sí reconoció que la marca de Getty había aparecido en ciertos resultados, lo que constituye una infracción de marca, aunque puntual y sin impacto generalizado. 

La magistrada recordó que el tribunal solo puede fallar sobre las reclamaciones activas, no sobre las retiradas, y que la discusión sobre cómo equilibrar la protección creativa y el desarrollo tecnológico trasciende este caso.

Reacciones opuestas y un litigio que se traslada a Estados Unidos

Tras la sentencia, Getty insistió en que el fallo refuerza la defensa de marcas en entornos de IA. Stability AI consideró aclarado el núcleo del conflicto respecto al copyright. Ambas partes celebraron victorias parciales.

Paralelamente, Getty mantiene una demanda abierta contra Stability AI en una corte federal de San Francisco. Tras conocerse el fallo británico, las acciones de Getty cayeron cerca de un 3% en las operaciones previas a la apertura del mercado.

Japón adopta una postura más dura

El contraste internacional es claro. En Japón, organizaciones como la Content Overseas Distribution Association (CODA), que agrupa a estudios como Studio Ghibli o Toei Animation, han exigido a OpenAI que deje de usar obras con copyright para entrenar modelos como Sora 2. Allí, la ley considera que entrenar con material protegido ya es infracción, incluso si la obra no aparece de forma literal en los resultados. ¿Qué significa realmente “copiar” cuando hablamos de modelos que aprenden patrones y estilos? La respuesta cambia según el país, y esa divergencia está marcando el ritmo del conflicto.

Un debate aún en construcción

El caso se suma a una ola de litigios entre empresas de IA y titulares de derechos, desde editoriales hasta estudios de entretenimiento. Algunas compañías han optado por acuerdos y licencias, como los pactos de Perplexity y Anthropic, mientras otras siguen la vía judicial.

Lo que la sentencia británica no resuelve es la cuestión de fondo: si entrenar modelos con material protegido, aunque no se almacenen copias directas, debe considerarse infracción. Ese vacío legal es hoy el terreno donde se decide el futuro de la IA generativa. Y, por ahora, permanece abierto.

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