A estas alturas ya estábamos acostumbradas a que existiesen dispositivos para medir muchos aspectos de nuestra vida como el sueño, los pasos o el nivel de estrés, pero prácticamente nada que tuviese que ver con la menstruación. Algo que afecta a millones de mujeres. Esta realidad llevó a Jenny Button a querer llenar este vacío. Para ello ha creado la empresa británica Emm, con el fin de desarrollar una copa menstrual inteligente, para lo cual acaba de conseguir una inversión de 9 millones de dólares.
La empresa planea usar el dinero para fabricar las primeras unidades, mejorar el diseño y lanzar la copa en el Reino Unido el próximo año. Emm también quiere llegar a Estados Unidos en 2027, un reto grande para un proyecto que nació de una duda personal.
La idea detrás del producto
Lo que Emm quiere construir es una copa menstrual con biosensores muy finos, capaces de registrar información del ciclo. La copa se usa igual que cualquier otra. La diferencia es que, mientras está colocada, recoge datos sobre el flujo, los cambios de un mes a otro o ciertos patrones que normalmente pasan desapercibidos. Cuando la usuaria retira la copa, esta se conecta con una aplicación en el móvil. La información se envía automáticamente, y allí se pueden ver los datos de forma sencilla.
Muchas mujeres viven años con dolores o síntomas sin llegar a tener un diagnóstico claro, más allá de “es normal”. La empresa insiste en que la copa no “detecta enfermedades”, pero sí ofrece señales que pueden ser útiles. Por ejemplo, si un mes el flujo es muy distinto al anterior o si se repite un patrón que podría indicar que algo no va bien, la usuaria puede comentarlo con un profesional. A veces, tener números concretos ayuda más que simplemente decir “me siento rara” o “me duele más de lo normal”.
Jenny Button, la fundadora, recuerda que condiciones como la endometriosis tardan muchísimo en diagnosticarse, a veces hasta diez años. Ella cree que una de las razones es que no se recopila información sobre la menstruación de una forma constante y fiable.
La empresa asegura que los datos que se recogerán estarán protegidos y que se eliminará cualquier detalle que pueda identificar a una persona. Saben que este tema preocupa y quieren que la gente se sienta segura usándolo.
Lo que se espera conseguir
Aunque la inversión se usará para lanzar el producto, Emm tiene un objetivo más grande. La empresa quiere que esta copa sea el inicio de algo que permita investigar mejor la salud menstrual, una área que lleva años sin avances importantes. Si se pueden reunir datos reales, quizá se pueda entender por qué algunos dolores son tan fuertes, por qué ciertos problemas tardan tanto en descubrirse o qué señales avisan cuando algo no va bien.
La inversión de 9 millones de dólares muestra que hay interés en mejorar un tema del que se habla poco. Y quizá, si este proyecto avanza, la salud menstrual empezará a recibir la atención que siempre ha necesitado.

