¿Qué puede hacer una empresa si no puede trabajar durante días? Una empresa pequeña puede pasar por momentos muy complicados cuando sufre un ciberataque serio. Imagina que un día enciendes el ordenador y nada funciona. Y el negocio se queda parado sin saber cuánto durará la situación. El Tribunal Supremo por fin ha dado una respuesta clara. Explica que, en algunos de estos casos, un negocio puede pedir un ERTE por fuerza mayor. Esto ayudaría a no asumir gastos imposibles mientras se intenta recuperar la normalidad.
Hasta ahora, no estaba claro si un ataque informático era suficiente para justificar este tipo de medida. La nueva decisión del Supremo despeja ese problema. Y lo hace en un momento en el que los ataques informáticos son cada vez más comunes y cuando incluso la IA está aprendiendo a crearlos.
Lo que deben demostrar las empresas para pedir el ERTE
La sentencia señala que no basta con decir que hubo un ataque. La empresa debe demostrar que no pudo realizar la actividad de ninguna manera, con informes que expliquen qué falló y por qué no era posible trabajar con normalidad. También debe probar qué soluciones intentó para reactivar la actividad. El negocio ya debe contar con una buena protección acorde con el tamaño y las tareas. No se puede solicitar el ERTE si no tenías los medios para frenar un posible ciberataque desde el principio.
A la hora de presentar la solicitud conviene registrar todo lo que se hizo durante y después del ataque. Correos con proveedores, anotaciones internas o cualquier prueba que ayude a mostrar que el negocio intentó volver a funcionar lo antes posible.
La autoridad laboral será quien decida si existe fuerza mayor. Antes de resolver, pedirá un informe a la Inspección de Trabajo. Por eso es importante presentar información clara y fácil de comprobar. Si la autoridad rechaza el ERTE, la empresa tendría que asumir todos los sueldos y cuotas.
Lo que cambia para autónomos y micropymes
Muchos autónomos con empleados trabajan con recursos muy ajustados. Un ataque informático puede provocar el cierre temporal del negocio. Incluso puede llevar a una situación de quiebra si no se consigue apoyo legal. La sentencia del Supremo reconoce esa realidad y da esperanzas a quienes se sienten indefensos cuando ocurre un incidente así.
Esto no significa que todos los ataques justifiquen un ERTE. Pero sí deja claro que un suceso de este tipo, cuando es grave y supera lo que una empresa puede evitar, puede considerarse de fuerza mayor. Y esto abre una opción que antes no estaba tan definida para los negocios más pequeños.
Este paso del Supremo ayuda a tener un poco de seguridad en esta realidad en que vivimos, donde casi todos los negocios dependen de un ordenador. Y ofrece una salida legal a empresas que se ven sin herramientas cuando la tecnología falla en el peor momento.

