El poder energético de China: cómo el país que fabricaba ahora marca el rumbo tecnológico

China ha pasado de ser el gran fabricante mundial a convertirse en referente global en tecnología energética. Su avance en energías limpias, movilidad eléctrica y almacenamiento marca una nueva etapa en la carrera por la descarbonización. Hoy el país lidera la instalación de parques solares y eólicos, impulsa el desarrollo del vehículo eléctrico y destina miles de millones a tecnologías emergentes como el hidrógeno verde o la energía de fusión.

El viento sopla a favor de Envision

En el sector eólico, el liderazgo chino ya no es una promesa, sino una evidencia. En 2024, las empresas del país ocuparon los cuatro primeros puestos mundiales en fabricación de turbinas, según datos del propio sector. Entre ellas, Envision Energy destacó con 19,3 gigavatios de nueva capacidad instalada, lo que la situó en segunda posición global.

La compañía, sin embargo, no se limita al viento. También impulsa proyectos para abastecer industrias pesadas con hidrógeno verde, una tecnología clave para reducir las emisiones del acero o los productos químicos. Esta diversificación consolida su papel como pilar de la transición energética china.

HiNa y la revolución de las baterías de sodio-ion

Otro frente en el que China avanza con rapidez es el almacenamiento energético. Las baterías son el corazón de la nueva economía eléctrica, y HiNa Battery Technology se ha posicionado a la vanguardia con el desarrollo de baterías de sodio-ion.

Esta alternativa al litio promete abaratar costes y reducir la dependencia de materias primas críticas. Sus sistemas ya alimentan motos eléctricas y proyectos de almacenamiento en red, demostrando que la tecnología puede funcionar tanto en la movilidad urbana como en la gestión energética a gran escala.

Para los expertos, el sodio representa una ventaja estratégica: es más abundante que el litio, más estable y menos costoso. Su adopción podría acelerar el despliegue de soluciones de almacenamiento masivo necesarias para integrar la energía solar y eólica en las redes eléctricas.

Una estrategia nacional hacia la autosuficiencia energética

El éxito de estas compañías no es fruto del azar. China ha convertido la tecnología energética en una prioridad de Estado, canalizando inversiones multimillonarias en investigación y desarrollo de sectores como la fusión nuclear, el hidrógeno verde, las baterías avanzadas o las redes inteligentes.

El objetivo es claro: una cadena de suministro completamente local, desde la extracción de materiales hasta la fabricación y exportación de tecnología limpia. Este enfoque ha permitido a los fabricantes chinos dominar su mercado interno y, al mismo tiempo, expandirse a escala global.

Un liderazgo que redefine la competencia global

Mientras Estados Unidos y Europa aceleran sus programas de transición verde, China avanza con una combinación difícil de igualar: escala industrial, apoyo estatal y desarrollo tecnológico. Envision y HiNa son solo dos piezas de un ecosistema donde se cruzan innovación, planificación y ambición estratégica.

El resultado ya se siente: China no solo fabrica energía limpia, la diseña y la exporta. La pregunta es si el resto del mundo será capaz de seguirle el ritmo.

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