La acreditación, voluntaria y gratuita, permitirá a las pequeñas empresas demostrar su compromiso sostenible ante grandes clientes y administraciones públicas.
La Comisión Europea ha aprobado una nueva norma de sostenibilidad dirigida a pymes y microempresas, con el objetivo de facilitar su acceso a licitaciones públicas y privadas. La medida busca evitar que los pequeños negocios queden fuera de los contratos por no disponer de indicadores ambientales, sociales o de gobernanza (ESG).
La iniciativa introduce un modelo estandarizado y sin coste, que permitirá a las empresas acreditar su desempeño responsable sin recurrir a auditorías ni certificaciones externas. Bruselas pretende así reducir la brecha entre las grandes corporaciones —ya obligadas a reportar su impacto ESG— y las pequeñas compañías que forman parte de sus cadenas de suministro.
Una herramienta adaptable a todos los sectores
El sistema está diseñado para cualquier tipo de negocio, desde talleres, comercios o estudios profesionales hasta pequeñas industrias o proveedores de servicios. Se estructura en dos módulos:
- Básico, con los datos mínimos que demanda el mercado.
- Avanzado, para quienes quieran reforzar su desempeño ambiental o social.
El módulo básico podrá completarse sin inversión ni asesoramiento externo. Esta norma permite a las pymes responder a las exigencias de grandes clientes cada vez más interesados en conocer su desempeño sostenible.
El modelo simplifica y homogeneiza la forma de presentar los datos ESG, ayudando a las empresas pequeñas a gestionar riesgos e identificar oportunidades en un entorno regulatorio más exigente.
Frenar el “efecto goteo” de la sostenibilidad
La Comisión busca atajar el llamado efecto goteo, por el cual las grandes corporaciones trasladan a sus proveedores la carga de recopilar y reportar datos de sostenibilidad. Con la nueva norma, las pymes podrán utilizar un formato común reconocido en toda la UE, evitando duplicidades y requerimientos distintos para cada cliente.
Además, Bruselas ha instado a las grandes empresas y entidades financieras a ajustar sus solicitudes de información a lo establecido en este modelo, para evitar exigencias desproporcionadas a los proveedores más pequeños.
Sin auditorías ni costes añadidos
Una de las ventajas más valoradas es que no requiere verificación externa, lo que elimina un coste significativo para las microempresas. Bastará una autodeclaración digital estandarizada para demostrar el cumplimiento.
No obstante, los expertos afirman que la adopción de la norma implica un esfuerzo inicial y una gestión del cambio. Para facilitar la transición, el organismo europeo EFRAG ha desarrollado herramientas digitales gratuitas —también disponibles en español— que simplifican la introducción y actualización periódica de los datos ESG.
Más financiación, más contratos
Además de facilitar el acceso a licitaciones, la norma también abre la puerta a financiación sostenible, ya que los bancos incorporan cada vez más criterios ESG en sus decisiones de crédito.
El modelo recopila información sencilla que la mayoría de negocios ya genera —como consumo energético, gestión de residuos o prevención de riesgos laborales—, pero la presenta en un formato comprensible y homologado en toda la Unión Europea.
Visibilidad europea y nuevas oportunidades
Las empresas que adopten la norma podrán publicar sus datos en el futuro Punto de Acceso Único Europeo, un portal que aumentará su visibilidad ante clientes, inversores y administraciones públicas.
El objetivo final es claro: que la sostenibilidad deje de ser un obstáculo burocrático y se convierta en una palanca de crecimiento y competitividad para las pequeñas empresas europeas, permitiéndoles competir en igualdad de condiciones en un mercado que ya valora la responsabilidad tanto como la rentabilidad.
