Blue Origin, la empresa espacial fundada por Jeff Bezos, ha pospuesto el lanzamiento de su cohete New Glenn por condiciones meteorológicas adversas en su base de Cabo Cañaveral (Florida). Durante la retransmisión en directo, la compañía explicó que un “sistema de cúmulos” impidió el despegue y que el equipo técnico analiza nuevas ventanas de lanzamiento según la evolución del tiempo.
El aplazamiento se produce en un momento delicado para el sector espacial estadounidense. La parálisis presupuestaria del Gobierno federal, que ya dura más de 40 días, amenaza con afectar a los lanzamientos comerciales. A partir del lunes, la Administración Federal de Aviación (FAA) limitará el número de despegues privados para evitar la congestión del espacio aéreo, mientras los controladores aéreos continúan trabajando sin salario debido al shutdown.
El vuelo previsto habría sido el segundo lanzamiento del New Glenn, un cohete de 98 metros de altura diseñado para competir directamente con SpaceX. La misión tenía como objetivo enviar al espacio las sondas Blue y Gold de la NASA, parte del proyecto EscaPADE, destinado a estudiar la atmósfera y la evolución climática de Marte.
Más allá del componente científico, el despegue tenía un peso estratégico: Blue Origin esperaba probar la recuperación del propulsor principal, una maniobra que hasta ahora solo SpaceX ha logrado ejecutar con éxito.
El primer vuelo del New Glenn, realizado en enero, consiguió poner en órbita varias decenas de toneladas de carga, pero la compañía no logró recuperar el primer estadio, que terminó cayendo al Atlántico.
Este nuevo retraso complica el calendario de Blue Origin, que busca consolidar su posición en el mercado de lanzamientos comerciales y demostrar su capacidad para reutilizar cohetes en futuras misiones interplanetarias. ¿Podrá Bezos acortar la distancia que le separa de Musk en la carrera hacia Marte?
