Babybel está a punto de transformar uno de los gestos más reconocibles para millones de consumidores: quitar el envoltorio de plástico antes de tirar de la cera roja. La cera se mantiene (es parte inseparable de la identidad del producto), pero el envase exterior pasará a ser papel reciclable, un cambio que marca un giro importante en la estrategia medioambiental del Grupo Bel.
El proyecto ya está en marcha en algunas referencias de Mini Babybel y ha requerido cinco años de desarrollo. La búsqueda del material adecuado obligó a meses de pruebas de laboratorio para encontrar un papel que cumpliera tres condiciones clave: ser reciclable, proteger frente a oxígeno y humedad y mantener una experiencia de uso similar al plástico. Se evaluaron textura, brillo, resistencia e incluso el sonido al abrirlo, un detalle que la marca considera parte del ritual.
Después llegó la fase industrial y los test con consumidores. Según Bel, los usuarios recibieron el nuevo envase con interés y destacaron su facilidad de apertura. Algunos llegaron a describirlo como “abrir un pequeño regalo”.
Un cambio con impacto directo en la huella ambiental
Cada día salen de las fábricas de Évron y Sablé-sur-Sarthe casi cinco millones de Mini Babybel. Sustituir el plástico por papel reducirá de forma notable el impacto ecológico:
- 2.500 toneladas menos de CO₂ al año,
- 850 toneladas menos de celofán,
- y una inversión de varios millones para adaptar las líneas de producción.
El plan es ambicioso: en 2027, el 100% de los Mini Babybel llevarán papel reciclable.
Kiri también abandona el aluminio
La transición no afecta solo a Babybel. El Grupo Bel prepara un rediseño completo del envoltorio de Kiri, que dejará atrás su clásico aluminio para pasar también al papel reciclable. El proyecto está en fase temprana y los primeros test con consumidores se esperan para 2027. Aquí el reto técnico es mayor: el papel deberá estar en contacto directo con el queso.
La Vaca que Ríe prueba la venta a granel
Otro pilar del grupo, La Vaca que Ríe, está experimentando con la venta a granel en tres supermercados franceses dentro de la iniciativa Défi Vrac. El objetivo es claro: reducir envases y explorar formatos de distribución más sostenibles.
Con estos cambios, Bel acelera una estrategia que combina sostenibilidad, rediseño industrial y nuevas formas de consumo. Y aunque el envoltorio exterior de Babybel se volverá más ecológico, su icónica cera roja seguirá siendo el elemento que lo identifica de inmediato en cualquier mesa.
