La carrera por los robots humanoides autónomos acaba de tensarse. Generalist presentó GEN-0, un modelo de inteligencia artificial orientado a la interacción física que intenta resolver un obstáculo que lleva años frenando al sector: conseguir máquinas capaces de percibir, razonar y actuar sin fricciones.
Un modelo creado para la IA física
GEN-0 parte de los modelos de visión y lenguaje, pero desde el inicio se entrena para capturar reflejos y sentido común físico. La empresa explica que esta arquitectura permite que el robot procese lo que ve y ejecute una acción en la misma línea temporal. Nada de pausas largas ni de “procesos separados”, un problema habitual en sistemas tradicionales.
Ese comportamiento se apoya en lo que la compañía llama “razonamiento armónico”: un método para sincronizar percepción y acción sin depender de guías externas durante la inferencia. ¿El objetivo? Que el robot pueda pensar y hacer al mismo tiempo, algo crítico cuando se mueve entre objetos, personas o herramientas reales.
Escalar también funciona en robótica
Generalist sostiene que la robótica está repitiendo el patrón de la inteligencia artificial generativa. A más datos y más computación, más capacidad. La compañía dice haber visto un punto de ruptura claro:
- Modelos pequeños: dejan de mejorar alrededor de los 7.000 millones de ejemplos.
- Modelos grandes: continúan aprendiendo más allá de esa cifra.
Tras empujar GEN-0 por encima de los 10.000 millones de datos, observaron que los modelos de mayor tamaño eran capaces de sumar nuevas tareas con muy poco entrenamiento adicional. Según la empresa, esto confirma la existencia de leyes de escala consistentes en robótica, algo que hasta ahora no estaba del todo demostrado.
Un puente entre GenAI e IA física, pero aún sin destino definido
El avance es relevante, aunque llega con preguntas. Una de ellas afecta a la estrategia de apertura: mientras iniciativas como el Open Source Physical AI Manifesto piden modelos reutilizables por toda la industria, GEN-0 forma parte de un desarrollo propietario cuyo plan de negocio aún no se ha explicado.
Generalist cuenta con el respaldo de Spark Capital, NVIDIA, Boldstart Ventures, Bezos Expeditions y NFDG. Es decir, tarde o temprano deberá mostrar cómo monetiza su tecnología. En un sector donde muchos fabricantes controlan a la vez hardware y software, este tipo de modelos podría terminar integrándose mediante colaboraciones, licencias o adquisiciones.
Un sector que avanza por intercambio, no solo por nuevas ideas
La industria tecnológica ya ha vivido dinámicas similares. En la IA generativa, compañías como Perplexity o Lovable construyeron productos de alto impacto sobre modelos de empresas como OpenAI o Anthropic. Incluso Apple ha tenido que apoyarse en terceros para incorporar IA avanzada en sus servicios.
La robótica humanoide podría seguir ese camino. El progreso no dependerá únicamente de fabricantes como Unitree, Figure, 1X, Agility o Apptronik, sino también de nuevas firmas centradas en IA física: Generalist, Skild, OpenMind o Build, entre otras.
Una pieza más para acelerar la humanoidización
GEN-0 llega en un momento en el que varios laboratorios prueban robots más versátiles y con mayor autonomía. Su apuesta por el razonamiento continuo, las leyes de escala y el entrenamiento masivo coloca a Generalist en un punto clave dentro del mapa de la IA física.
Falta ver cómo encaja esta tecnología en los robots que ya empiezan a poblar almacenes, fábricas o centros de prueba. Pero la señal es clara: la IA física está siguiendo el mismo patrón que la GenAI. La escala importa, y cada salto de modelo abre un nuevo nivel de capacidad.
