El objeto interestelar 3I/ATLAS, el tercero jamás detectado en nuestro sistema solar, realizó su máxima aproximación a Marte antes de continuar su viaje hacia el Sol. El encuentro ocurrió el 3 de octubre de 2025 a las 04:00 UTC, cuando el cometa se situó a unos 29 millones de kilómetros del planeta rojo, según informó EarthSky.
Es el acercamiento más próximo que este viajero realizará a cualquier planeta durante su única visita al sistema solar interior.
Un visitante de las estrellas
El 3I/ATLAS fue descubierto el 1 de julio de 2025 por el sistema de telescopios de rastreo ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), con sede en Hawái. Su órbita hiperbólica confirmó su origen interestelar, convirtiéndolo en el tercer visitante de este tipo tras ‘Oumuamua (2017) y 2I/Borisov (2019).
Las observaciones del telescopio Hubble indican que el cometa tiene un núcleo de entre 320 metros y 5,6 kilómetros de diámetro, recubierto de hielo y polvo, y viaja a una velocidad de 210.000 kilómetros por hora. A esa velocidad, ningún cuerpo celeste del sistema solar puede retenerlo, lo que confirma su naturaleza de viajero interestelar.
Rumbo al Sol
Tras pasar cerca de Marte, 3I/ATLAS se dirige a su punto más próximo al Sol, el perihelio, que alcanzará el 29 de octubre de 2025. Entonces estará a 1,36 unidades astronómicas (unos 200 millones de kilómetros), dentro de la órbita de Marte.
Aunque no será visible a simple vista desde la Tierra, los astrónomos estiman que podrá observarse con telescopios de al menos 20 centímetros durante noviembre. En esas fechas, la misión europea JUICE (Jupiter Icy Moons Explorer) aprovechará su posición para estudiar el cometa con distintos instrumentos y analizar su composición tras el paso solar. Los resultados se esperan para febrero de 2026.
En busca de su origen
Determinar de dónde viene 3I/ATLAS es un reto. Un equipo liderado por Xabier Pérez-Couto, de la Universidad de A Coruña, calculó su trayectoria hacia atrás durante 10 millones de años con los datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea.
El estudio sugiere que el objeto procede del disco fino de la Vía Láctea, una región habitada por estrellas jóvenes, aunque no se ha identificado una estrella concreta como su origen. Los científicos creen que podría haber sido expulsado de un sistema planetario en formación hace miles de millones de años, convirtiéndose en un fragmento errante de hielo y polvo.
Un laboratorio natural del origen planetario
Para la comunidad científica, 3I/ATLAS ofrece una oportunidad única para estudiar la formación de sistemas planetarios. Estos objetos funcionan como “sondas naturales” que transportan información sobre la composición química y dinámica de otras regiones de la galaxia.
El cometa, más brillante de lo previsto según el observatorio COBS, podría aportar pistas sobre la presencia de compuestos orgánicos y volátiles en sistemas estelares jóvenes. En palabras de los astrónomos, “cada visitante interestelar es una cápsula del tiempo de otra estrella”.
Un visitante fugaz, pero histórico
3I/ATLAS no representa ningún riesgo para la Tierra: su trayectoria lo mantendrá a más de 240 millones de kilómetros, una distancia superior a una vez y media la que separa nuestro planeta del Sol.
Aun así, su paso dejará huella. Es el objeto más rápido jamás registrado en el sistema solar y podría tener una edad superior a los 7.000 millones de años, según estimaciones de la Universidad de Oxford.
Tras su perihelio, el cometa seguirá su camino hacia el exterior, desapareciendo de nuevo en la oscuridad interestelar.
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